Costa Nova: descubre el pueblo de casas a rayas más fotogénico de Portugal


Costa Nova do Prado, conocida simplemente como Costa Nova, es uno de los destinos más pintorescos de Portugal. Ubicada en el municipio de Ílhavo, a pocos kilómetros de la ciudad de Aveiro, este pequeño pueblo costero es un verdadero imán para viajeros, fotógrafos y amantes de lo auténtico.


Lo que lo hace especial son sus palheiros, las famosas casas de madera pintadas a rayas verticales y horizontales, en vivos colores combinados con blanco. Aunque hoy son un icono turístico, estas construcciones nacieron con un propósito muy práctico: almacenar redes y aparejos de los pescadores locales. Con el tiempo, fueron reconvertidas en viviendas de veraneo y más tarde en cafés, restaurantes y alojamientos que han conservado su encanto original.

En este artículo, te invito a recorrer Costa Nova a través de estas fotos, mientras exploramos su historia, sus rincones más fotogénicos y las experiencias que no puedes perderte.


El corazón de Costa Nova late en su avenida principal, donde se alinean estas fachadas únicas. Pasear por aquí es como entrar en un mundo de color: rojo, azul, verde, amarillo y naranja se alternan en una armonía que atrapa la mirada.

Las casas rayadas surgieron a mediados del siglo XIX, cuando las familias de pescadores decidieron darles un toque alegre a sus almacenes. Con el tiempo, esta tradición fue creciendo hasta convertirse en la seña de identidad del lugar. Hoy, ninguna visita está completa sin una caminata tranquila para admirarlas y, por supuesto, fotografiarlas.

Costa Nova no es solo un museo al aire libre: es un lugar lleno de vida. Muchas de sus casas han sido transformadas en cafeterías, heladerías y pequeños restaurantes. En verano, las terrazas se llenan de turistas y locales que disfrutan de un helado artesanal, una pizza frente al mar o el tradicional “tripas de Aveiro”, un dulce típico de la zona.

Aquí, sentarse a tomar algo bajo una sombrilla, rodeado de casitas rayadas, es parte de la experiencia. Es un pueblo que invita a detener el tiempo y dejarse llevar por su ambiente relajado.


Lo que más sorprende es el contraste entre los colores de las casas y el paisaje natural. A un lado, las fachadas a rayas parecen un arcoíris humano; al otro, se extiende el Atlántico con sus olas y playas infinitasCosta Nova es famosa también por su playa kilométrica, de arena fina y dorada. Es ideal tanto para pasear como para practicar surf o kitesurf, deportes muy populares en la zona. La brisa marina, el sonido de las gaviotas y el olor a sal completan la experiencia sensorial.



Aunque las casas de rayas son las protagonistas, Costa Nova también sorprende con construcciones de otro estilo. Algunas fachadas muestran influencias modernistas, con balcones curvos, molduras decorativas y detalles que recuerdan a las casas señoriales de principios del siglo XX. 
Esta convivencia entre lo antiguo y lo moderno da a Costa Nova un carácter único. Aquí, cada edificio tiene algo que contar: desde el pasado humilde de los pescadores hasta la elegancia de las familias que lo convirtieron en destino de veraneo.


Cada color tiene un simbolismo: el amarillo y blanco transmiten alegría y sol; el verde evoca la naturaleza y el mar; el azul refleja la calma oceánica. Estas combinaciones no solo embellecen las casas, sino que se han convertido en un lenguaje visual que caracteriza al lugar. Caminar entre ellas es como recorrer un cuadro viviente donde cada tono refuerza la identidad cultural de Costa Nova.

El azul es uno de los colores que más destacan en Costa Nova. Muchas casas han sido pintadas en distintas tonalidades de azul, como si quisieran prolongar el horizonte del mar en sus fachadas. Además, este color refleja la tranquilidad de la vida junto al mar. Aquí no hay prisa, solo un ritmo pausado donde los días parecen más largos y cada instante se disfruta intensamente.


Uno de los detalles más entrañables son los balcones y terrazas adornados con flores. Los vecinos cuidan con esmero sus casas, decorando con macetas llenas de geranios, petunias o claveles. 
Estos pequeños gestos transforman las fachadas en auténticos jardines verticales, aportando aún más vida y alegría. No es raro ver a los habitantes conversando desde sus balcones, saludando a quienes pasean por debajo.



Los maceteros pintados con rayas, a juego con las casas, son un detalle delicioso. Este es el mejor ejemplo de cómo la tradición se mantiene en cada rincón, incluso en los adornos más pequeños. 
Estas flores no solo embellecen, también muestran el orgullo local por mantener viva la identidad de Costa Nova.




Las barandillas de hierro forjado pintadas en colores vivos, como el azul eléctrico, son otra seña de identidad. Muchas de ellas fueron hechas a mano hace décadas y todavía se conservan, aportando un aire nostálgico y romántico. Estos detalles artesanales convierten a Costa Nova en un destino único: no solo por sus casas a rayas, sino también por la riqueza estética que se descubre en cada esquina.


Aunque las fachadas son la gran atracción, Costa Nova ofrece mucho más. Su playa es inmensa, perfecta para caminar al atardecer mientras el sol tiñe el cielo de tonos dorados. Es también un lugar ideal para los amantes del marisco: aquí puedes probar las mejores ameijoas à bulhão pato o un fresco arroz de mariscos acompañado de vino verde.



La avenida principal de Costa Nova es uno de los lugares más encantadores para pasear. A lo largo de este bulevar peatonal se alinean decenas de casas de rayas, cada una con su propia personalidad y color, formando un auténtico museo al aire libre
Aquí es donde mejor se aprecia la esencia del pueblo: vecinos charlando en los balcones, turistas buscando el ángulo perfecto para sus fotos, y terrazas que se llenan de vida en los días soleados. Es el lugar ideal para detenerse, observar y sentir el pulso cotidiano de Costa Nova.

Caminar por esta calle es como adentrarse en una paleta de colores vivos que se funden con el azul del cielo y el rojo de los tejados. Un paseo que, sin duda, cautiva a cualquier visitante.




Pero Costa Nova no es solo color y estética: también es historia y memoria. Frente a una de las casas rayadas, encontramos el busto de Gabriel Ançã, un arrais (patrón de barco) muy recordado en Ílhavo. Este monumento rinde homenaje a los hombres del mar, que durante siglos se jugaron la vida en las aguas del Atlántico para mantener a sus familias.

Este detalle recuerda que, detrás del atractivo turístico actual, late la identidad marinera de la región. Costa Nova y Aveiro siempre han vivido ligadas a la pesca y a la dureza del océano, y este tipo de homenajes mantienen viva esa memoria colectiva.


 Información práctica para visitar Costa Nova

 ¿Dónde está Costa Nova?

Costa Nova do Prado se encuentra en el municipio de Ílhavo, en el distrito de Aveiro, región centro de Portugal. Está situada a orillas de la ría de Aveiro y frente al Atlántico, lo que le da ese encanto entre mar y laguna.


🚗 Cómo llegar a Costa Nova

  • Desde Aveiro: está a solo 10 km (unos 15 minutos en coche o taxi). También hay autobuses regulares desde la estación de Aveiro.

  • Desde Oporto: aproximadamente 85 km (1 hora en coche por la A1 o tren hasta Aveiro + bus).

  • Desde Lisboa: unos 250 km (2h30 en coche o tren Lisboa–Aveiro y luego bus).


🏖️ Qué hacer en Costa Nova

  • Pasear por el bulevar principal y fotografiar los palheiros (casas de rayas).

  • Disfrutar de su playa kilométrica, ideal para caminar, tomar el sol o practicar surf y kitesurf.

  • Probar la gastronomía local: mariscos, arroz de tamboril o las famosas ameijoas à bulhão pato.

  • Degustar los dulces típicos de Aveiro, como los ovos moles.

  • Al atardecer, caminar junto a la ría de Aveiro, uno de los lugares más tranquilos para disfrutar de la puesta de sol.


🌞 Mejor época para visitar

  • Primavera y verano: ambiente más animado, terrazas abiertas y clima ideal para la playa.

  • Otoño: menos turistas, buena temperatura y más calma para fotografiar y disfrutar del paseo.


📸 Consejos para el viajero

  • Llévate la cámara o el móvil con batería cargada: 

  • Si visitas en verano, llega temprano para evitar las horas de más calor.

  • Reserva en algún restaurante local para probar marisco fresco.









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